Cada día, niñas y mujeres enfrentan riesgos por la falta de información, educación y acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.

Garantizar derechos, prevención y atención de calidad es fundamental para su bienestar físico, psicológico y social, y para empoderarlas frente a desigualdades y violencia de género.

¿Qué es la salud sexual y reproductiva?

La salud sexual y reproductiva abarca el bienestar físico, emocional y social de las personas en todos los aspectos relacionados con su sexualidad y reproducción.

No se trata solo de prevenir embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual, sino de garantizar que niñas y mujeres puedan tomar decisiones libres y seguras sobre su cuerpo y su vida sexual y reproductiva.

Promover la salud sexual y reproductiva significa ofrecer educación, acompañamiento, acceso a servicios de prevención y atención, y formar a profesionales que acompañen a las comunidades.

Cuidar la salud sexual y reproductiva es empoderar a niñas y mujeres, fortalecer sus derechos y construir sociedades más justas e igualitarias.

¿Qué está ocurriendo?

En muchos países de África Occidental, la salud sexual y reproductiva sigue siendo limitada por la falta de educación, recursos y personal sanitario especializado. La desinformación, los embarazos no deseados, los matrimonios infantiles, los abusos sexuales y las prácticas perjudiciales como la mutilación genital femenina afectan gravemente la vida y el desarrollo de niñas y mujeres.

Muchos de estos problemas quedan invisibilizados y no reciben atención adecuada, lo que genera secuelas físicas, emocionales y sociales profundas. Educar, formar y acompañar es clave para prevenir estas situaciones y garantizar derechos y oportunidades a todas.