Nuestra historia

Somos una ONG española fundada por Nerea Roldán, Raquel Pérez y Ana Ramos. Contamos con un gran equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios (matronas, médicos, fisioterapeutas...), colaboradores expertos y voluntarios. Nos dedicamos a la cooperación en salud Materna, Sexual y Reproductiva. Trabajamos desde hace años en distintos escenarios de práctica obstétrica y uro-ginecológica.

Nuestro objetivo consiste en reducir la mortalidad materno-infantil, prevenir y mitigar las complicaciones en los partos, mejorar la calidad de la atención de la mujer y sensibilizar, concienciar y empoderar a las niñas y mujeres. Tras emprender una investigación de la situación de la mujer en África, creamos un proyecto de cooperación muy específico de salud para la mujer. Años más tarde, después de varias misiones en Senegal, decidimos consolidar nuestro proyecto y fundar Ser Madre Ser Mujer. Fueron varios años de trabajo que finalmente, gracias a la buena acogida del proyecto por parte de la SEMHU (Sociedad Española de Medicina Humanitaria), vieron la luz en la primera misión a Senegal en marzo de 2015.

Surgimos como una ONG pionera ante el vacío existente en materia de rehabilitación de secuelas obstétricas, disfunciones ginecológicas y trauma perineal producido por la mutilación genital, las violaciones y los abusos sexuales.

A día de hoy hemos realizado más de veinte misiones internacionales. Trabajamos en Senegal, Togo, Gambia y Cabo Verde. Todo gracias al trabajo de nuestro equipo y al apoyo de nuestros colaboradores, socios y voluntarios, y al convenio de colaboración que mantenemos con la Fundación OCCIDENT desde el año 2018, a través del proyecto LUISA FARRÉ.

Cada día 830 mujeres de entre 13 y 45 años mueren en el mundo por complicaciones relacionadas con el embarazo, parto y postparto. La mayoría de estas muertes se podrían evitar con mejores servicios de salud y una adecuada atención sanitaria.

Muchas mujeres sobreviven a partos complicados pero la gran mayoría de estos provocan secuelas obstétricas de diversa gravedad. Fístulas obstétricas, desgarros, desprendimiento de vísceras, incontinencias, vaginismos, neuralgias, dolor genital, disfunción sexual.

Las mujeres que sufren este tipo de secuelas se encuentran desamparadas, sin personal sanitario capacitado para su tratamiento y sufren en silencio sus terribles huellas a nivel físico, psíquico, social y familiar.

Los abusos sexuales y las violaciones suelen ser frecuentes y quedar impunes y, en ocasiones, las niñas, son obligadas a casarse a edades muy tempranas. El embarazo, los matrimonios infantiles y los abusos sexuales son la primera causa de abandono escolar, lo que conlleva devastadoras consecuencias para la educación, la igualdad y el desarrollo.